Hoy es Juan Guaidó el líder
político de oposición que tanto tiempo ha llevado encontrar. Angustiante fue la
espera. La desesperanza y el poco optimismo del venezolano para visualizar una
Venezuela distinta se convirtió -al menos desde el año 2014- en un pensamiento
generalizado en la oposición venezolana. Varios fueron los artículos dedicados
a este tema.
En enero del 2018,
publique un artículo titulado No son ellos, somos nosotros. En él, argumentaba
la idea sobre los grandes desafíos que debía enfrentar la oposición venezolana
para generar un escenario favorable en el debate político. Escribí en algún pasaje
lo siguiente:
Un plan de gobierno distinto al que
pretende plantear el gobierno actual, requiere de un liderazgo opositor para
enfrentar no sólo el debate ideológico, sino además las necesidades reales del
venezolano y las expectativas de cambio que se pretenden mostrar. La oposición
venezolana requiere de un liderazgo, una conexión real con las demandas de la
población. Requiere afinar el sentido de escucha, de inferir en algunos asuntos
claves y de tener lectura coherente de lo que acontece en el país. (Julio
F, 2018)
Un
año después, varios son los check que pudiéramos hacer de dicho fragmento.
1. Un plan de gobierno que se
traduce en Plan país[1].
2. Un liderazgo de oposición que se
representa en la figura de Juan Guaidó.
3. Una conexión real con las
demandas y necesidades de la población.
Sobre el punto 1:
Hoy
en día la oposición venezolana se encuentra en un momento verdaderamente
significativo. No quisiera pecar de imprudente ni afirmar que se trata del
mejor momento en los últimos 20 años. Pero vaya si el momento actual no resulta
realmente característico. Hoy no solo la oposición cuenta con un Plan país,
sino además con un apoyo internacional amplio, y nunca antes, durante los últimos
20 años, obtenido. Apoyo que se traduce por parte de la comunidad internacional
en la posibilidad de impulsar la ayuda humanitaria[2]
que tanto ha solicitado la oposición, e impulsar y acompañar en el
restablecimiento del Estado democrático perdido.
Sobre el punto 2:
Escribí
también en algún momento sobre la necesidad de un rostro, una figura, un líder,
que encarnara las necesidades reales de la población. Este líder, evidentemente,
requería estar alejado del perfil tradicional de los políticos en el país. Se requería
de rostros nuevos, de líderes emergentes y de una generación que asumiera los
grandes retos que supone restablecer un orden democrático duramente maltrato y
depauperado durante los últimos años. Ante esa necesidad, surgió una figura
esperada que hoy tiene nombre y apellido. Cabe resaltar la madurez política con
la cual la dirigencia opositora y los partidos políticos asumieron el reto y
trabajaron enfocados en un horizonte compartido, Venezuela.
Sobre el punto 3:
El
discurso del Presidente (E) de Venezuela trae consigo varias mezclas
importantes. Su perfil, el de su familia y sus antecedentes se enmarcan dentro
de una categoría ciertamente modesta. De allí, la nula respuesta del
oficialismo para trata de manchar su imagen. No existe forma ni pruebas para
relacionarlo con la propaganda oficialista, experta en desacreditar y
desprestigiar la imagen de sus adversarios. De esta forma, teniendo un líder claro
y unos objetivos bien definidos desde el primer momento, la conexión con las demandas
y necesidades de la gente han despertado el letargo bajo el cual muchos venezolanos
descansaban. La esperanza, el optimismo y las expectativas de cambio vuelven a
brillar en el rostro de los venezolanos. En este punto cabe decir que no se
trata sólo de la escogencia del líder para una conexión casi automática de la población.
Un líder debe cumplir ciertas características para desempeñar tal fin. Hoy, Juan Guaidó posee
ciertas características particulares que lo hacen el líder de la transición en
Venezuela.
El
costo de salida del régimen de Maduro ha llegado a niveles muy altos. Dicho régimen
ha escogido su camino y han elevado el costo de salida a costa de la integridad
física de los que hoy los mantienen en el poder. Es por ello que las decisiones
en el momento actual pasan a ser vitales para disminuir el costo de transición
que inevitablemente parece estar más cerca. La estrategia de la oposición
marcará indudablemente el éxito de este camino. Las decisiones que se tomen a
puerta cerrada, abrirán las puertas del cambio que requiere el país bajo tres líneas claras: Cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres, universales, directas y secretas.
[1] Véase Plan País: las medidas para
el día después por Luisa Rondón en: https://prodavinci.com/plan-pais-las-medidas-para-el-dia-despues/
[2] Véase siete claves para entender
la ayuda humanitaria y cómo funciona por Julett Pineda en: http://efectococuyo.com/salud/siete-claves-para-entender-la-ayuda-humanitaria-y-como-funciona/
0 comentarios:
Publicar un comentario