Colección Semanal #11
Venezuela se halla inmersa en una profunda crisis
política con consecuencias inevitablemente sociales. Diferentes sectores del
país –aunque con un silencio aparente- reclaman conciliación y acuerdos entre
los diferentes sectores políticos que protagonizan las confrontaciones de
facciones. La crisis económica que atraviesa el país desde hace más de dos años,
ha impactado en la calidad de vida de todos los venezolanos. Las constantes
limitaciones, trabas y erróneas políticas económicas impuestas por el gobierno
nacional, profundizan la crisis.
Los venezolanos parecen encontrase solos y sin representación.
Por un lado, el sector oficialista liderado por el presidente Maduro, mantiene
un discurso retorico sin admitir las responsabilidades que como jefe de estado
debería asumir. Con la llamada guerra económica y las permanentes acusaciones de
un sabotaje a la economía nacional, el gobierno pretende
sostener la imagen de víctima a los ojos de su militancia. Por otra parte, la
oposición, sin un discurso contundente y sin un liderazgo que los represente,
mantiene un discurso poco claro que permita a los venezolanos saber que se quiere
lograr y como ha de conseguirse.
A finales del año 2016 la propuesta de elecciones por
medio del referéndum revocatorio, era la bandera que acompañaba a todos los
dirigentes de oposición. Sin embargo, el año acabó y debido a todas las trabas
impuestas por el consejo nacional electoral (CNE), dicho mecanismo
constitucional no pudo activarse. No obstante, de manera poco razonable, y
hasta cierto punto ilusorio, la oposición exigía la renuncia de Maduro.
A pesar de estos intentos de la oposición -algunos más
audaces, algunos muy carentes de ello-, se sigue agudizando la crisis política,
económica y social que atraviesa el país. Un diálogo cada vez más fracturado
por la disociación y la falta de acuerdos entre las cúpulas del poder, sigue incidiendo
cada día en la población venezolana. Los intereses de los diferentes sectores
del país, apuestan por medidas que no parecieran verse reflejadas con las
necesidades de la población. Los liderazgos políticos surgen protegiendo
intereses particulares e individuales y no demostrando una relación con la
masa. Los problemas de los venezolanos se evidencian en la práctica desde múltiples
formas y diferentes lógicas. No obstante, el oficialismo, con su terca e
insistente ideologización de un estado bolivariano, socialista y chavista,
promueve implantar una política excluyente y totalitaria.
Desde el otro lado, la oposición no concreta con las necesidades de
la población. Si bien se mencionan los problemas que aquejan a la nación, no existen
-o por lo menos no son expresadas- las líneas o planes de acción a mediano y
corto plazo que dé inicio a una transición. Una oposición incongruente con su
discurso y sin una clara conciliación entre sus miembro, difícilmente podrá sostener
una idea de cambio y redireccionalización de nuestras políticas económicas y
sociales.
Venezuela enfrenta por tanto una situación compleja,
con actores claves alejados de las verdaderas demandas y carencias de la población.
Se presenta de esta forma, la apertura de nuevos liderazgos que puedan conectar
con las necesidades reales de un amplio sector del país que, no se halla ni más
allá ni más acá. Gran parte de los venezolanos se encuentran solos y sin representación.
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