“Todo pensamiento político que no sea capazde apreciar en conjunto los grandes hechos de la historiaconsiderándolos como un encadenamiento de causas y efectos,debe ser mirado como muy por debajo del nivel de su siglo.”
John Stuart Mill.
Sin apelar por un argumento mucho más profundo, y dejando claro que para estos efectos se intenta precisar muy por encima lo que todo esto lleva dentro, el sostenimiento siempre en el discurso de los líderes políticos especialmente los de izquierda en Venezuela, van guiados a varios aspectos claves y dignos de estudio de manera más detallada. Dichos aspectos pudiéramos resumirlos de la siguiente manera. En primer lugar, para el oficialismo, no se puede entender el presente sin entender el pasado, de adonde se viene y cuantas batallas ha habido que saldar. En segundo lugar, consecuencia de la primera, tiene que ver con los personajes mismos que lideraron dichas luchas y batallas. Sangre revolucionaria que tuvieron que correr por tierras venezolanas, para lograr el grito de independencia. En tercer lugar, y no menos importante que los dos puntos anteriores, tenemos el mantenimiento siempre presente de un enemigo, de un imperio, de una lucha entre Venezuela y el otro para lograr la verdadera independencia. En muchos momentos y circunstancias, se ha apelado incluso, a construir el enemigo, aunque no exista. Llamémoslo esto, una estrategia política, pues estos actos no son irracionales ni mal pensados. Lleva una lógica detrás y merece sumo cuidado a la hora de analizarse.
Uno de los grandes logros los cuales se le atribuye al sistema político que impera en Venezuela desde hace diez y siete año, entiéndase el chavismo, ha sido la incorporación al debate político de todos los sectores que hacen vida en Venezuela. Este llamado, no excluye a ningún sector del país según afirman los propios voceros del oficialismo. A pesar de ellos, este llamado ha calado mucho más en los sectores populares que en los otros sectores del país. No obstante, sería grave afirmar, que un sector del país está inclinado a una tendencia política y otro sector del país a otra. Al igual, sería un error parcializar diciendo que dependiendo del estrato socioeconómico al cual se pertenezca, las personas tienden a apoyar a un partido o a un político.
Lo que si resulta un hecho ha sido la condición del oficialismo, entre otras cosas por medio del discurso, a convertirse en un gobierno dirigido a los estratos más desfavorecidos socialmente. En Venezuela, los marginados, los oprimidos, los de a pie, los de la calle, los del 27 de febrero, los del 13 de abril, los hijos e hijas de Bolívar, esos, los antiimperialistas, patriotas, y verdaderos revolucionarios, representa el oficialismo o bien para muchos, los chavistas.
Sin apelar por un argumento mucho más profundo, y dejando claro que para estos efectos se intenta precisar muy por encima lo que todo esto lleva dentro, el sostenimiento siempre en el discurso de los líderes políticos especialmente los de izquierda en Venezuela, van guiados a varios aspectos claves y dignos de estudio de manera más detallada. Dichos aspectos pudiéramos resumirlos de la siguiente manera. En primer lugar, para el oficialismo, no se puede entender el presente sin entender el pasado, de adonde se viene y cuantas batallas ha habido que saldar. En segundo lugar, consecuencia de la primera, tiene que ver con los personajes mismos que lideraron dichas luchas y batallas. Sangre revolucionaria que tuvieron que correr por tierras venezolanas, para lograr el grito de independencia. En tercer lugar, y no menos importante que los dos puntos anteriores, tenemos el mantenimiento siempre presente de un enemigo, de un imperio, de una lucha entre Venezuela y el otro para lograr la verdadera independencia. En muchos momentos y circunstancias, se ha apelado incluso, a construir el enemigo, aunque no exista. Llamémoslo esto, una estrategia política, pues estos actos no son irracionales ni mal pensados. Lleva una lógica detrás y merece sumo cuidado a la hora de analizarse.
Estos tres puntos, de manera muy rápidamente explicada, y sin estudiarse los elementos claves que conjugan cada uno de estos aspectos, son interesantes a la hora de crear categorías de estudio, estudiar el discurso político y social, y más aun, no solo re-conocer la existencia del otro, sino el fundamento que dan a conocer del porque están allí y cuál es el papel histórico que se juega en estos tiempos.
Si algún pecado político ha de existir en estos momentos, ha sido no tener oído para escuchar a los que nunca habían sido oídos. Pecado ha sido, no salir a la calla a hablar con aquel al que nunca se ha llegado. Pecado ha sido no sufrir desde cerca, con los que sufren día a día. Pecado político ha sido no construir junto con la gente, junto con los ciudadanos, junto con el pueblo, la Venezuela que todos queremos pero que ninguno apuesta por construir.
Para que la política no sea vista como juego sucio e intereses entre cúpulas, ha de estar más comprometida con las necesidades que demanda la población. La política no vista como un juego mezquino, en donde la disputa por el poder, enceguece las buenas causas y los buenos motivos. De no haber una reflexión entre lo político y lo social, entre las disputas por el poder y el prestigio social, seguirán habiendo caudillos, militares, movimientos sociales radicales y una izquierda más viva que nunca, con sus gritos revolucionarios, demandando justicia social.
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