Sobre la llamada democracia participativa y protagónica
Muy usado se encuentra el nombre en Venezuela de la llamada democracia participativa y protagónica, término que el presidente Chávez supo explotar en su debido momento y crear una diferencia entre la democracia de la cuarta y la quinta república. Según la corriente política de izquierda, la democracia actual no se limita a dar participación al ciudadano, sino, a ser ciudadano activo en los procesos de cambio. Empero, el problema de siglos siempre ha estado presente. La democracia intenta ser la voz no de un grupo de ciudadanos sino de una colectividad, en donde se respete el libre modo de actuar, pensar o sentir del ciudadano. Ahora, la democracia no puede estar sujeta a un grupo de ciudadanos mientras cuarte las libertades de otras personas.
Hablar de democracia participativa sugiere involucrar a toda la ciudadanía. No a un color, no a un partido. Predicar la democracia sugiere más que el simple hecho de decir <todos pueden votar>. La política y la democracia pareciesen no estar tan alejadas. De hecho, la democracia se puede considerar la esencia de la política. Una política sin democracia se muestra vulnerable y poco creíble.
El afán cada día por mostrar de la política y la democracia una sola cuestión, tiende a pensar que el simple hecho de “creer” estar involucrado en estas cuestiones hace del país el más democrático. En un país donde por más de 16 años, un solo modelo de país ha dirigido a la nación, un parlamento de un solo color que con la señal de costumbre, aprueba leyes e impone otras por ser mayoría, y no se respeten las ideas de la otra mitad del país, no parece ser tan democrática y mucho menos participativa y protagónica. Aun así, el ciudadano vive inmerso en un sistema político que guía no solamente el país donde vive sino con ello domina sus libertades y mantiene oprimidas otras tantas necesidades.
Hablar de democracia participativa sugiere involucrar a toda la ciudadanía. No a un color, no a un partido. Predicar la democracia sugiere más que el simple hecho de decir <todos pueden votar>. La política y la democracia pareciesen no estar tan alejadas. De hecho, la democracia se puede considerar la esencia de la política. Una política sin democracia se muestra vulnerable y poco creíble.
El afán cada día por mostrar de la política y la democracia una sola cuestión, tiende a pensar que el simple hecho de “creer” estar involucrado en estas cuestiones hace del país el más democrático. En un país donde por más de 16 años, un solo modelo de país ha dirigido a la nación, un parlamento de un solo color que con la señal de costumbre, aprueba leyes e impone otras por ser mayoría, y no se respeten las ideas de la otra mitad del país, no parece ser tan democrática y mucho menos participativa y protagónica. Aun así, el ciudadano vive inmerso en un sistema político que guía no solamente el país donde vive sino con ello domina sus libertades y mantiene oprimidas otras tantas necesidades.
Link de imágenes:
http://aldiaconipm.blogspot.com/2013/02/la-democracia.html
http://www.debatesculturais.com.br/crise-da-democracia-representativa/
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