Los cuervos y los políticos: las percepciones y
las acciones

Partiendo del ejemplo anterior
sobre los cuervos, el comportamiento de los políticos, de alguna manera, se
aproxima a esta percepción negativa. Es decir,
estableciendo algunas visiones generales encontramos que el principal
prototipo o el comentario común se evidencia en que la conducta de los
dirigentes políticos gira entorno de la corrupción, la ineficacia y el engaño.
La historia se encarga de
darnos respuestas completamente negativas sobre el protagonismo de algunos
dirigentes políticos, por mencionar
algunos: Saddam Hussein, Muamar el Gadafi, Augusto Pinochet, José María Aznar, George Walker Bush, Olusegun
Obasanjo, en un nivel diferente, Adolf Hitler, Iósif Stalin, En efecto,
esta lista es relativamente corta, definitivamente existen muchos más; sin embargo, a lo que se quiere llegar es a
que estos personajes como dirigentes políticos
en definitiva fueron considerados
malvados por la sociedad, el hecho es que. Ellos dejaron una oscura sombra en
la humanidad.
El mundo de hoy está envuelto
en la dinámica de la corrupción, el engaño y la maldad, a pesar de lograr grandes avances para el
desarrollo de la humanidad, pero cuando caen en
tentación se dejan de ser humanos.

Hablando de una visión general
del panorama político en Venezuela, sin duda la conclusión sería que independientemente de la ideología política,
la mayoría de los dirigentes políticos
tienen intereses particulares, y no hay una postura clara ni mucho menos de
buena voluntad al momento de hacer política en el país. Esto se hace evidente
en las distintas campañas políticas que
en resumen juegan con el sentimiento de
las personas.
Independientemente de las
distintas posturas ideológicas lo que
lleva a los líderes políticos y en general a los seres humanos a esas malas acciones oscuras es la
indiferencia, compartiendo la idea de
Elie Wiesel. Lo contrario del amor no es odio,
es la indiferencia. Lo contrario de la
belleza no es la fealdad, es la indiferencia. Lo contrario de la fe no es
herejía, es la indiferencia. Y lo contrario de la vida no es la muerte, sino la
indiferencia entre la vida y la muerte.

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